Como os dijimos el otro día, llevamos unos días desconectados. La razón es la mejor que podría existir: hemos estado viajando :)
Este año, no hemos tenido mucho margen para preparar un gran viaje así que hemos optado por el que para nosotros es un plan seguro: Portugal. Eso sí, como la zona sur del Algarve ya la conocíamos, hemos decidido descubrir la costa vicentina, un abismo de mar que se intuye justo cuando llegas al Cabo de San Vicente, y que sorprende por ser tremendamente salvaje y virgen.
En este rincón portugués, se encuentran algunas de las mejores playas de la península. Playas de arena dorada, abiertas al atlántico y vigiladas por impresionantes acantilados. Hoy os vamos a hablar precisamente de esas playas.
1. Praia Cordoama: se trata de una playa amplia, con un arenal inmenso que se extiende entre acantilados. Nosotros llegamos a ella un día de niebla y lluvia, lo cuál le daba aún más un punto místico.
Desde luego, es una playa para pasear, y para perderse.
Desde luego, es una playa para pasear, y para perderse.
2. Praia Amado y Praia Bordeira: seguimos subiendo en dirección Lisboa y llegamos a estas dos playas. Amado, está considerada una de las mejores playas de Portugal para hacer surf y habitualmente es sede de campeonatos internacionales. Su vecina Bordeira, sin tanta fama, se lleva probablemente la palma en cuanto a superficie de playa libre por visitante. Se trata de un enorme arenal con una orilla infinita y bañado a sus espaldas por la desembocadura del río Carrapateira, que a veces forma una laguna en la parte sur de la playa, rodeada de un enorme campo de dunas.
¿Con cuál os quedáis? Difícil elección.
¿Con cuál os quedáis? Difícil elección.
3. Praia da Arrifana: es una de las playas más populares de la zona pero a nosotros nos encantó. A esta playa suele acudir mucha gente de las urbanizaciones y pueblos de los alrededores pero sus enormes dimensiones evitan que se masifique.
Además, Arrifana es el refugio para los días de oleaje fuerte ya que la pequeña bahía en la que se encuentra siempre tiene un mar más tranquilo que en el resto de playas de la zona.
Si vais, no olvidéis daros un capricho y cenar en el restaurante O'Paulo (previa reserva) situado en lo alto del acantilado desde donde se divisa la playa, mientras veis caer el sol y esperáis que os traigan una buena catalana portuguesa… Impresionante.
Además, Arrifana es el refugio para los días de oleaje fuerte ya que la pequeña bahía en la que se encuentra siempre tiene un mar más tranquilo que en el resto de playas de la zona.
Si vais, no olvidéis daros un capricho y cenar en el restaurante O'Paulo (previa reserva) situado en lo alto del acantilado desde donde se divisa la playa, mientras veis caer el sol y esperáis que os traigan una buena catalana portuguesa… Impresionante.
4. Praia Amoreira: esta playa nace junto a la desembocadura de la Ribera de Aljezur, formando un bello estuario que desemboca suavemente en el mar. El resultado es una inmensa playa con forma de curva.
Si tenéis suerte, podéis dejar la furgoneta justo en la orilla real de la playa.
Si tenéis suerte, podéis dejar la furgoneta justo en la orilla real de la playa.
5. Praia Odeceixe: playa con un enorme arenal en cuyo extremo norte desemboca el río Seixe. Cuando hay marea baja se puede acceder a una segunda entrada en el extremo sur conocida como playa das Adegas (playa nudista).
Para conseguir una buena panorámica de la playa y de su entorno podemos utilizar el "Miradouro da Ponta Branca".
Odeceixe es una playa tranquila, de ambiente familiar, ya que forma lagunas ideales para que los niños puedan jugar sin peligro.
Para conseguir una buena panorámica de la playa y de su entorno podemos utilizar el "Miradouro da Ponta Branca".
Odeceixe es una playa tranquila, de ambiente familiar, ya que forma lagunas ideales para que los niños puedan jugar sin peligro.
Mención a parte merece la gastronomía de la zona (hemos disfrutado comiendo como niños!). Pero eso nos lo guardamos para otro post… que llegará pronto ;)
Quizá por ese motivo también, estas playas atraen cada año a cientos de furgonetas y caravanas (muchos de ellos aficionados al surf y los deportes acuáticos).
En la mayoría de casos, son kilómetros de playa desierta sin rastro de torres de apartamentos u hoteles, sólo mar, cielo y naturaleza.
En la mayoría de casos, son kilómetros de playa desierta sin rastro de torres de apartamentos u hoteles, sólo mar, cielo y naturaleza.
Por eso, Portugal nunca defrauda. Y es que con esas puestas de sol… es difícil no enamorarse de este pedacito de tierra.
LOVE&JOY
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