Pues con 30 años y aquí nos teneis comprando miniaturas de furgonetas clásicas… Yo pienso que el tema no puede ser sano, pero cada vez que Ramon llega a casa con un 'juguetito' nuevo no puedo evitar sonreir y pensar "¡QUÉ MONADA!" Aunque delante de él me queje de que llena la casa de trastos.